El fútbol Uruguayo está quebrado, la grieta es cada vez más grande.
Ayer se reunieron de un lado los clubes que apoyan a la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), entre ellos Nacional y las Sociedades anónimas deportivas (SAD), los opositores, el G9, donde lo confirman entre otros Peñarol y por otro lado, el economista Ignacio Alonso.
La reunión, lejos de acercar las partes, provocó que aparecieran problemas personales más los intereses que cada uno tiene. Claro está que la punta del iceberg son los derechos del fútbol uruguayo, dónde la empresa privada que aún tiene los derechos televisivos quiere extender el vínculo y la AUF, que buscan ellos mismos negociar los derechos, entendiendo que obtendrían muchos más ingresos. Otro interés importante es la liga que muchos clubes del fútbol uruguayo quieren crear, y quizás por último, lo sueldos de los futbolistas.
Hoy los clubes no le cierran las puertas a sus jugadores y estos siguen entrenado de manera habitual. Varios equipos preparan amistosos por qué el párate puede extenderse para largo y no se ve solución alguna.
La Mutual no levantará el paro.
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