Federico Valverde, centrocampista del Real Madrid y capitán de la selección uruguaya, contó la dura historia que vivió de niño junto a sus padres.
Puso en escena su infancia en Uruguay. "No me gusta decir que en mi casa éramos pobres. Prefiero decir que mi madre y mi padre eran muy trabajadores (...) Mi padre trabajaba como guardia de seguridad en el casino. Mi madre trabajaba en un local de ropa y también vendía ropa y juguetes en ferias callejeras (...) La peor parte era que al final del día, mi madre tenía que doblar toda la ropa y volver a guardar todas las cosas y empujar el carrito de vuelta a casa. ¡Y después cocinar! ¡Y lavar mis medias sucias! ¿Te imaginás? Te lo digo, mi madre es mi ídola".
Valverde recuerda que su mamá trabajaba desde las 8 de la mañana hasta las 7 de la tarde y su papá entraba a las 8 de la noche y salía a las 6 de la mañana. "Nos quedaba una hora para sentarnos todos juntos y comer un pedacito de carne entre los tres. Y lo que es increíble para mí ahora, es que mi madre se aseguraba de que yo tuviera mi Coca, era todo un niño mimado con la gaseosa. Lo que ella sacrificaba para que yo pudiera tener mi latita, ni siquiera lo sé. Y no sé si quiero saberlo. De niño, uno es muy inocente. Ves a tu madre que se saltea una comida y quizás pensás: Fuaaa ¿no tiene hambre? Que raro, yo me muero de hambre... Ahora uno entiende lo que hacía".
Federico, nuestro orgullo nacional, también contó que a través del fútbol lograba canalizar sus emociones y que fue a través del deporte que pudo cambiar la situación de sus padres.
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