Una historia viral, que le sigue dando vueltas al mundo.
Sucedió 11 años atrás en la ciudad de Nueva York. Una mujer llamada Debbie Stevens donó su riñón a su jefa, Jackie Brucia, quien necesitaba con urgencia un transplante para poder salvar su vida debido a una grave enfermedad renal.No obstante, mientras Debbie estaba en su casa, de reposo en el proceso posoperatorio, empezó a recibir una serie de mensajes de su jefa, quien le llamaba la atención por no reintegrarse a sus labores. "¿Qué estás haciendo? ¿Por qué no estás en el trabajo? No se puede entrar y salir cuando se te plazca. La gente va a pensar que tienes privilegios". Eran algunos de los mensajes que recibía.
Posteriormente fue notificada de su despido. Sin embargo, en diálogo con The New York Times, Stevens aseguró que a pesar del desagradable detalle, no se arrepiente de haber ayudado a que una persona continuara con vida.
DESCARGA NUESTRA APLICACIÓN EN LA PLAY STORE HACIENDO CLICK ACÁ