Su nombre era Karina Dafonte.
La mujer de 55 años se desempeñaba como portera de un edificio en Pocitos. Esa mañana trágica se trasladaba a trabajar.
En realidad ese trabajo era "una changuita" que había conseguido, pues no tenía un empleo fijo. Esta función solamente la cumplía dos veces por semana para lograr cubrir algunos de sus gastos. Así lo informó su abogado, Leonardo Narancio.
Dafonte vivía en Solymar, estaba casada y no tenía hijos.
Luego del accidente, donde se rompió los tendones y una arteria, sus heridas se llenaron de arena. Se cree que esto provocó que ingresara una bacteria que complicó su cuadro de salud. Fue operada y tuvieron que amputarle la pierna, pero los resultados no fueron como esperaban los médicos y la mujer falleció.
Paz a su alma y nuestras condolencias a sus familiares y allegados.
Félix Eduardo Cañizalez